miércoles, 25 de noviembre de 2015

La pesadilla del laberinto

Una vez más despertó de aquella pesadilla.

¿Despertaría alguna vez del laberinto?

Le dolían las piernas, pero más le dolía el corazón. Decidió levantarse y seguir intentando, tal vez existía la tan esperada salida. Siguió corriendo, buscando.

¿Encontraría alguna vez su sonrisa?

Mil noches podrían haber pasado,o acaso solo una. El tiempo en los sueños es engañoso,no tenía idea de cuánto llevaba ahí, pero casi no le importaba.

Casi.

Acalorado, frenó a recuperar el aire. Se sentía Teseo sin Ariadna, él no tenía quien lo salve. Sus emociones lo invadieron y la tristeza no tardó en aparecer, pero por sus ojos no corrió ninguna lágrima. Esperar era inútil, debía aprovechar las últimas horas de sol antes del anochecer. Solo el anhelo de poder volver a sentirse libre lo animaba a continuar.

Cayó la noche, y la única luz que lo alentaba era la de la luna, pero no era su sonrisa la que buscaba. Tenía miedo de sus propios sueños, pero no pudo evitar dormirse. Se sumergió en aquel mundo de  fantasías, tal vez allí podría encontrarla, podría ser feliz. No hay manera de controlar los sueños, no podía evitar verla.

Condenado a seguir buscando su sonrisa, despertó una vez más en el laberinto. Su rostro palideció.


No sabía si el miedo que sentía era a despertar y no encontrar la salida, o a no querer despertar.

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